Un viaje en barco.


Leer "El inicio que pudo haber sido el final."


En las primeras décadas del siglo XX, el  viaje para llegar desde Mérida hasta la Ciudad de México era largo. Primero había que trasladarse en tren hacia el puerto de Progreso, después tomar un barco a Veracruz, finalmente tomar otro tren hasta la Ciudad de México.

Barco de Ward Line


Por eso era más sencilla la comunicación con Cuba, Miami y hasta con Europa, ya que era de puerto a puerto.

Eso no es relevante para esta historia Fer.

¿Cómo que no? Es importantísimo que hables sobre las importaciones que forman parte de la comida yucateca tradicional, famosa en el mundo y patrimonio de la humanidad. Empezando por el queso relleno hecho con Edam de Holanda, el queso de bola.

Mejor conocido como el queso del gallito azul.

Esto no es un breviario gastronómico. Ya déjenme seguir que se me va la idea.

Son unos gordos. Mario, ¿me pasas una cerveza de dieta?

No sé cómo puedes tomar eso Mariana...


Don Alfredo Cámara Vales estaba en el barco de Veracruz hacia Progreso. Salió a fumarse un puro. No porque no pudiera hacerlo adentro. 


Me muero, todo el mundo fumoteando en todos lados. .


No porque no pudiera hacerlo adentro, sino porque era un placer que prefería disfrutar solo. Lo sacó del bolsillo de su camisa. 


Seguro era guayabera.


Lo tomó con los tres primeros dedos de la mano (empezando por el pulgar), lo apretó con mucho cuidado dándole pequeños movimientos semi-circulares, acercándolo a su oído, escuchando el tierno crujir del tabaco cubano. 


En esa época, todo el tabaco era cubano. Es pleonasmo lo que vas a escribir.

Estoy seguro que también había en Veracruz.

Mejor me subo a mi cuarto a escribir.

Notivayas Guabrila. Yo te estoy escuchando. Pásenme el jocoque.

Que me parta un rayo si el abuelo fumaba puros que no eran cubanos. Todos estamos escuchando a la niña, pero no voy a dejar que escriba barbaridades. 

Deja en paz a mi hermanita. Sigue Gabrila.


... escuchando el tierno crujir del tabaco. Calculando que tendría la humedad ideal para poder encenderlo.

Ahora se lo acercó a la nariz para disfrutar su olor. Sabía que ese era el día perfecto para encenderlo. Tomó el puro de un extremo con los labios. Sacó la caja de fósforos de su bolsillo, tomó un fósforo de madera largo, lo encendió con el riel del barandal que evitaba que la gente se fuera por la borda, y con el fuego acarició el otro extremo del puro, haciéndolo girar hasta que la circunferencia entera estuviera encendida. Notó que este puro quemaría la ceniza pareja, haciendo anillos blancos y grises perfectos al pasar el fuego.


Pausa... antes de que me den náuseas. ¿Qué tiene que ver Alfredo Cámara Vales con Elena Castillo Vales?

Seguro eran primos, después de la Guerra de Castas quedaron muy pocas familias. Eso explica por qué a todos los papás les decimos "tíos".

Eran primos lejanos.

¿La mamá de la abuela y el papá del abuelo eran parientes? ¡Pudimos haber tenido cola de cochino!

Mariana... 


Tomó la primera bocanada de humo, que le supo mejor que la brisa del golfo. Tomó la segunda, pasando el humo por la boca sin inhalarlo, y se congratuló de haber elegido el habano y el momento para fumarlo.

Cuando volvió su atención a lo que sucedía alrededor, recorrió con la mirada a las personas que estaban en la cubierta: Un par de marineros que parecían no tener qué hacer, una pareja joven enamorada que posiblemente estaban recién casados, un señor que como él habría salido a tomar aire, y finalmente a pocos metros de distancia, una mujer sola de espaldas a él. Tendría alrededor de 20 años. En su pelo portaba un broche de madre perla y colgaba de sus hombros un vestido que bailaba con el viento. Se perdió por un momento en la danza de su vestido. 

Fue subiendo la mirada hasta encontrar que sus manos tapaban su rostro. La mujer estaba llorando. 

Alfredo se acercó lentamente, como si tuviera un asunto que atender cerca de ella y aún no la hubiera notado. 

Al oler el puro, ella se percató de su presencia, y secó rápido sus lágrimas. Bajó las manos y las limpió discretamente en su vestido, que parecía haber detenido su baile. "Buenas tardes", dijo la mujer.

"Espero no molestarla. Si en algo puedo ayudarle, estoy a sus órdenes", dijo Don Alfredo mientras extendía el pañuelo que había sacado de su pantalón. Ella lo tomó. 


¿Cuántos bolsillos tenía Alfredo?


Don Alfredo era un hombre apuesto, alto y de tez blanca. Tenía alrededor de 40 años pero aún mantenía una soltura jovial que podía hacerle parecer de menor edad, sin perder la seriedad de un hombre maduro. 

"¿Me puede dar la hora señor?"

Sacó de su chaleco su reloj de bolsillo.


¿Ya ves Fer? No tenía guayabera. 


"Son las 3 menos 15, debemos llegar en un par de horas más."

"No sé qué voy a hacer... mis padres no me van a recibir en su casa." Se llevó las manos al vientre.


¡Esa no es la historia de los bisabuelos!

No Marian, es la del bisabuelo Alfredo con "la otra", o al menos es la historia que llegó a contarle a la abuela Pilar cuando se enteró que estaba con una mujer embarazada.

 Ay ya, cuenta sobre nuestra familia... no quiero escuchar sobre las indiscreciones del abuelo. Pobre de la abuela con tanto hijo. 

En su defensa, la abuela "Pilina" era muy dominante, seguro era insoportable.

Estamos hablando de una época en la que la mujer aún no tenía voto, ni en la casa ni en las elecciones. Y de divorcio ni hablamos...

Eso no quita que la abuela haya sido dominante.

¿De qué hablas? Papá adoraba a su abuela Pilar, decía que la niña había heredado sus ojos. Contaba que se iba en bici a verla casi todas las tardes mientras vivió en Mérida de niño. 

También contaba que cuando empezó a ir a terapia de adolescente descubrió que le tenía miedo, y en ese instante se fue la luz durante la consulta, y su terapeuta tuvo miedo que se tirara de la ventana.

¿Papá iba a terapia de adolescente?

Estás inventando Mario.

Si yo no tuviera independencia, fuera madre de cinco hijos y otro en camino, y mi esposo me sale con que me deja por otra, yo también estaría enojada.

No lo estoy inventando, porque decía "Mario, ¿no estarás pensando en tirarte por la ventana? ¿verdad?". Y mi papá se carcajeó. 

Whatever... Gabrila, cuenta sobre la familia.

Vamos a la mesa y ya dejen de discutir.

Está bien... al rato les cuento sobre el abuelo antes de la otra.

Vas a tener que inventar. El abuelo no hablaba mucho de su papá y se esmeró en ser lo opuesto con su familia. En parte porque la abuela nunca lo perdonó, pero sobre todo porque el primer hijo que tuvo con la otra señora era de la misma edad que él. Mario, ¿abres el vino y yo voy a ver si convenzo a mamá de acompañarnos?


Leer "El día que tuviste mucho frío."

Comentarios

  1. Esta padrisimo!! Lo escribes perfecto que parece que lo estoy viendo!!

    ResponderEliminar
  2. Excelente, visualizo perfectamente a tu papá, el tío Mario, que para mi en alguna época fue mi héroe y casi como un segundo papá, lo admiraba muchísimo, creo que por momentos lo llegue a idolatrar, por algo mi gusto por el puro, todo fue culpa de el, por así decirlo....

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares